Es
el principal atractivo arqueológico de Itálica y uno de los más
destacados de Hispania. Personalmente la considero como la ruina que
hace de este conjunto arqueológico uno de los espacios monumentales
más impresionantes que se pueden visitar en Sevilla y su entorno y
su visita obligada. Su posición bastante periférica con respecto al
conjunto monumental de Sevilla hace que a pesar de ser una gran
atracción incluso por aquellos que no solo gusten la arqueología,
apenas sea visita obligada por los más de 2 millones largos de
turistas que nos visitan anualmente. El hecho de que no se encuentre
integrado en un continuo urbano, como puede ser el Coliseo en Roma,
el desconocimiento por la falta de información y promoción
turística, o la falta de comunicación alternativa al tráfico para
acceder al recinto, hace que sea un espacio principalmente visitado
por nacionales locales o turistas extranjeros que pernoctan más de
varios días en Sevilla. Aún así recibe cerca de 200.000 visitantes
anuales.
El
anfiteatro de Itálica se sitúa, por sus dimensiones, entre los
mayores del Imperio, con un aforo estimado de entre 20.000 y 25.000
plazas, superando claramente la demanda de la población de la
ciudad. Su esquema es el habitual: de planta ovalada, con una
distribución parecida a la de las actuales plazas de toros, es
decir, disponiendo de una superficie para la celebración del
espectáculo, la arena, y un graderío dividido en tres niveles
separados por corredores. Desgraciadamente el paso del tiempo no ha
permitido contemplarlo hoy día con todo su graderío en pie.
La
figura de los gladiadores siempre ha despertado gran interés por
todos. Esos grandes luchadores que se enfrentaban en crueles batallas
en donde arriesgaban su vida por beneplácito de su orgullo y de un
público desenfrenado. En el anfiteatro de Itálica tuvieron lugar
numerosas batallas y presenta la particularidad de la existencia de
una fosa subterránea que estaba destinada a albergar las luchas
entre gladiadores y animales, principalmente traídos de África
(venationes) y enseres necesarios para el desarrollo de los juegos.
-En
el anfiteatro aparecen unas huellas de pies pareadas sobre unas
placas de mármol que aludían a Némesis (exvotos de Némesis), diosa de la venganza o la
justicia divina que era la divinidad preferida de los
gladiadores.
En
su interior el anfiteatro aún presenta una serie de galerías que
comunicaban la zona inferior del mismo con las gradas más elevadas,
así como la existencia de largos corredores abovedados donde el
público accedía al anfiteatro desde la calle. Muchos de estos
pasillos se encuentran en buen estado de conservación y nos permiten
hacernos una fiel idea de cómo serían los accesos al edificio. En
su interior contaba con varias salas de culto a Némesis.